viernes, 26 de marzo de 1999

Orígenes de las crisis económicas en México



Héctor Guillén Romo, un estudioso de los fenómenos económicos, políticos y sociales que se han presentado a lo largo del siglo XX en México, nos presenta en su libro titulado Orígenes de la crisis en México (1984), las claves necesarias para poder comprender por qué, en 1982, se dio una fuerte caída en la cotización del peso frente al dólar, seguida por la fuga de capitales nacionales y extranjeros, la dolarización del país, la incertidumbre económica, y como último remedio a tal crisis, la nacionalización de la Banca.

En la primera parte de su libro, Guillém Romo nos presenta una detallada descripción de los contrastes entre dos grandes corrientes económicas: el keynesismo (que reconoce la división de clases sociales, protege al asalariado a través de la figura del sindicato, y recomienda al Estado como controlador de precios, salarios y cotizaciones), y el monetarismo (que no reconoce un sistema de clases, busca la libertad de precios a través de la ley de la oferta y la demanda, y recomienda la libertad de mercado, es decir, la abolición de medidas arancelarias), las cuales convivieron en el escenario económico mexicano en la década de los setenta, época que antecedió a la crisis.

En el segundo apartado, Guillén Romo aborda el proceso que llevó a México, de ser una de las economías más fuertes y progresistas de América Latina, a ser una economía vulnerable, benefactora y paternalista que dependía en exceso de dos fuentes de financiamiento: la exportación de petróleo y el endeudamiento externo, negándose a implementar una política fiscal sana que le costaría un rechazo social.

En el apartado de conclusiones, denominado "Epílogo", el estudioso plantea un resumen de las principales características de la crisis de 1982 y las acciones emprendidas por diversos organismos para ayudar a la recuperación de la economía mexicana, en las que se distingue la gran influencia que ejerce la economía de los Estados Unidos de América en la nuestra.

Dentro de las aportaciones del libro Orígenes de la crisis en México, el autor identifica el principal origen de la crisis de la economía mexicana: la gestión desordenada de las finanzas públicas, que se presenta en cada una de las etapas de la economía mexicana, de las que hablaremos a continuación.

I. PRIMERA ETAPA (1940 - 1955)

La primera etapa va de 1940 a 1955, y se distingue por la negativa del gobierno mexicano para utilizar los impuestos para obtener recursos financieros, por lo que decide recurrir a la emisión de papel - moneda; lo que, además de incrementar la inflación, acarrea un déficit en las reservas del Banco Central, lo que ocasiona a su vez incertidumbre y devaluación de la moneda.

El peso sufrió dos devaluaciones: en 1948, la paridad peso - dólar pasó de 5.74 a 8.01 pesos por dólar; en 1954, de 8.65 a 12. 50 pesos, cotización que permaneció controlado hasta 1976.

Para incentivar la economía, el gobierno comenzó a recurrir a los préstamos extranjeros que se incrementarían en la etapa siguiente.

II. SEGUNDA ETAPA (1954 - 1970)

A este periodo se le conoce como la puesta en marcha del desarrollo estabilizador, una política económica que para evitar más devaluaciones, controló el mercado cambiario, estableciendo la paridad a 12. 50 pesos por dólar.

En esta etapa, se da la aparición del estado benefactor que otorga subsidios y exenciones de pagos, creyendo con ello, poder reactivar la economía.

También se comienza a sentir la influencia de la CEPAL (Comisión Económica Para el desarrollo de América Latina), un organismo económico apoyado por Estados Unidos de América que buscaba alentar la industrialización y la creación de mercados en América Latina.

Según Guillén Romo, el año de 1968 es trascendental en el escenario económico - político mexicano, ya que tras la matanza del 2 de octubre, el sistema económico se pone en duda por las carencias sociales que presenta el país.

III. TERCERA ETAPA (1970)

En 1970, el monetarismo, una nueva corriente económica promovida por la CEPAL comienza a manifestarse al interior de la economía de México. Dicha corriente plantea la libertad económica en todos los sentidos, por lo que puede considerarse el antecedente del liberalismo económico que experimentará el país hasta nuestros días.

IV. CUARTA ETAPA (1971 - 1976)

A partir de 1971, el panorama económico cambia porque el país comienza a volverse cada vez más dependiente de los empréstitos extranjeros, lo que acarrea que la deuda pase de 4,545 millones de dólares, en 1971; a 19,600 millones, en 1976.

México no logra poner en marcha su mercado interno, por lo que para incentivar la industria sigue otorgando privilegios y exenciones, lo que hace que la inflación siga disparada, y que, en 1976, se dé una devaluación de la moneda nacional más, cotizándose esta vez en 24 pesos por dólar.

La situación económica se agrava al registrarse una caída en los precios internacionales del petróleo en 1973, ocasionada por la negativa de comprar petróleo a los países integrantes de la OPEP, habiendo con ello un exceso en la demanda. También suben las tazas de interés de Estados Unidos de América, y con ello, aumenta la cantidad de la deuda contraída con ese país.

Ante tal situación, México se ve obligado a pedir un préstamo al Fondo Monetario Internacional, previa firma de una carta de intenciones, que llevan al gobierno a olvidar sus medidas proteccionistas y paternalistas, y a asumir una política de austeridad.

V. QUINTA ETAPA (1979 -1982)

El punto más álgido de la crisis se toca en 1979, año en que se da una segunda caída en los precios internacionales del petróleo, debido al comienzo de la recesión económica estadounidense, tras su participación en la guerra de Vietnam.

Las condiciones de la economía global llevan a México a experimentar otra devaluación en 1982, lo que ocasiona que los inversionistas desconfíen de la moneda mexicana, y saquen del país 45,000 millones de dólares; los mismos que invierten en el extranjero.

Con todas las condiciones para que la economía mexicana deje de cumplir sus funciones, el gobierno mexicano logra echar a andar una serie de medidas que logran detener la salida del capital de México: la nacionalización de la Banca, la instauración de un rígido control de cambios y la prohibición de abrir cuentas en dólares en bancos mexicanos.

Para 1984, México está saliendo de una de las crisis económicas más fuertes de su historia. Los años que siguen se caracterizarán por la austeridad en los gastos del gobierno, recortes presupuestales en diversas áreas, y un creciente desempleo.

COMENTARIO PERSONAL

A nuestra generación se le ha nombrado "Hijos de la crisis" porque nacimos en la época de los setenta y ochenta. Sin embargo, la crisis económica de 1994, nos recuerda que pese a las medidas que tome el gobierno para proteger o "blindar" la economía, las fuerzas productivas del mercado pueden hacer que en cualquier momento se repita alguno de los errores que Guillén Romo plasma en su libro.

La mejor política económica, desde mi punto de vista, sería aquella que tomara en consideración las condiciones sociales del trabajador, los requerimientos de la clase a la que pertenece y el reparto mesurado de la riqueza a través de mecanismos que impulsen la productividad, la educación o el desarrollo del arte.

En la época actual vivimos en la época de la globalización de mercados, por lo que cualquier descalabro financiero en alguna parte del mundo repercute en los demás países, afectando sus economías. El mundo está unido económicamente pero aún tiene diferencias en otros aspectos como en política, religión o raza. Hasta que no se llegue a una verdadera igualdad entre naciones, no podremos hablar de una política estable que mejore realmente las condiciones de vida del humano y que retribuya al trabajador un poco de su esfuerzo en la fábrica.


Saludos.